Durante la celebración del día de Santa Rosa de Lima,decidí buscar un detalle que se escapa de ese recuerdo de la joven limeña, y es que la primera institución que llevaría su nombre no estuvo en lo que hoy es Perú sino en la ciudad de Caracas. A Santa Rosa se la canoniza en 1671 siendo propulsor de la causa desde Lima el obispo Fray Antonio González de Acuña, éste una vez concluido el mencionado proceso es destinado a la ciudad de Caracas, a donde lleva después de un viaje de 2 años. Su misión principal en su nueva sede era fundar un seminario y por haber trabajado en el proceso de la Santa limeña le coloca su nombre al seminario que funda ( denominado entonces Colegio y Seminario de Nuestra Señora de Santa Rosa de Lima de Santiago de León de Caracas), institución que aún existe aunque con el nombre más abreviado por los avatares del tiempo. De este seminario nacería años más tarde la universidad de Caracas con el nombre de Real y Pontificia, Colegio y Seminario, de Nuestra Señora de Santa Rosa de Lima del Valle de Santiago de León de Caracas) con la particularidad de ser la única universidad de la época colonial con nombre de mujer. Otro dato que se pierde en la historia es la importancia que tuvo el nombre de Santa Rosa en la Caracas colonial al estar ligada a las instituciones educativas que hacia 1760 el obispo Diez Madroñero pide que se pinte un cuadro de la Virgen María como Nuestra Señora de Caracas y se colocan a sus pies 4 santos representativos de la ciudad y hacia un extremo aparece la santa limeña representando la intelectualidad y la educación.
En la pintura de Nuestra Señora de Caracas, un peldaño debajo de la Virgen María, aparecen 4 santos, a la derecha de la Virgen se encuentran Santiago, quien da nombre a la ciudad; Santa Ana, patrona de la iglesia catedral; a la izquierda Santa Rosalia, que era la nueva devoción y defensora contra la fiebre amarilla; y Santa Rosa de Lima, representando la intelectualidad y los estudios. A fin de que ellos representarán la religiosidad de la población quedaron por fuera santos como: San Sebastián, defensor al comienzo de la historia d Caracas contra las flechas; San Mauricio, defensor de las cosechas contra las plagas de la langosta; San Pablo el Ermitaño, defensor contra la viruela; la Virgen de Copacabana, a quien le pedían lluvias para las cosechas; San Jorge, quien ayudó contra las plagas que asolaron las sementeras de trigo y la Virgen de las Mercedes, patrona contra la candelita que comía los árboles por dentro. También quedaron al margen de la pintura los santos Francisco de Asís y Jacinto y las vírgenes de la Concepción y de Altagracia que eran patronos de templos de Caracas. De esa manera quedaron representados el principio (Santiago) con el presente (Santa Rosalía) de la espiritualidad, con la unión de la iglesia principal (Santa Ana) y el futuro simbolizado por los estudios (Santa Rosa de Lima) plasmado de manera magistral por Juan Pedro López, abuelo de Andrés Bello.
Como decíamos al principio la primera institución que llevó por nombre el patronazgo de Santa Rosa de Lima, por los honores que le hizo el obispo peruano Fray Antonio González de Acuña, fue el Colegio y Seminario de Nuestra Señora de Santa Rosa de Lima del Valle de Santiago de León de Caracas, por los avatares de la historia hoy denominado Seminario Santa Rosa de Lima de Caracas. Su historia comienza en 1673 con la compra de la casa ubicada en la hoy esquina de Monjas, al sur de la plaza Mayor (actual plaza Bolívar) allí tiene su sede la cual a partir de 1721 compartiría con la universidad hasta que ésta última es mudada al antiguo convento de san Francisco en 1856. Para el año 1872 cierra sus puertas por un decreto del presidente Guzmán Blanco, el edificio que ocupaba desde el siglo XVII el seminario sería destinado a otras actividades. En 1878 vuelve a existir un lugar para la formación semináristica con el nombre de Colegio Episcopal, dicho colegio ocupó un predio al frente Norte de la iglesia Catedral (actualmente se levanta allí el edificio Juan XXIII) por 10 años y luego pasó 19 años más en un anexo a la Catedral en la esquina de Gradillas. Durante el gobierno de Cipriano Castro se decreta la apertura del seminario y éste reabre sus puertas para 1906 entre las esquinas de Madrices a Ibarras hasta 1921 cuando inaugura su sede de Sabana del Blanco en la parroquia La Pastora a los pies del cerro Guaraira Repano (en ese entonces denominado cerro Ávila). Allí en el año 1999 vuelve a compartir edificio con la nueva universidad que lleva el nombre de Santa Rosa pero sólo hasta el 2004 cuando el seminario se traslada a lo que eran las instalaciones del desaparecido seminario San José de El Hatillo que existió a la par con el seminario Santa Rosa de Lima ente las décadas de 1960 y 2000. Aún hoy el seminario permanece allí pero en su escudo puede verse los campanarios de su sede actual y el de la sede de Sabana del Blanco.
Cuando se lee la historia de las universidades en la época colonial una destaca por ser la única con nombre de mujer, que a su vez, no era santo que estaba relacionada con la vida terrenal de Jesús o era europea, esa era la Real y Pontificia Universidad y Seminario de Nuestra Señora de Santa Rosa de Lima del Valle de Santiago de León de Caracas. Dicha casa de estudios se fundó en 1721 y subsiste como tal hasta 1827, cuando por decreto de Simón Bolívar pasa a ser universidad del estado. La Real y Pontificia tuvo un destacado lugar en la época independentista al ser protagonista de varios hechos, entre ellos, el más destacado fue la firma del Acta de Independencia. En 1827 pasa a denominarse Universidad Central de Venezuela y pese a que comparte edificio con el seminario de Caracas hasta 1856 va desligándose de la tradición de la antigua universidad hasta el punto de no tener al día de hoy una de sus carreras primogénitas como lo es la teología. La Universidad Central al separarse del seminario para al antiguo convento de san Francisco, hoy conocido como el Palacio de las Academias y en la década de 1950 es trasladada a su sede actual que es patrimonio arquitectónico de la humanidad. Por otro lado, en 1999, surge una nueva universidad que retoma la tradición de la antigua universidad de Caracas, la cual de a poco hace valer esos valores que tuvo la universidad colonial, de estar ligada a los seminarios, convivió casi 5 años unida literalmente al seminario de Caracas y el edificio donde se ubica es propiedad de dicho seminario, además retoma las carreras de filosofía y teología que dieron vida a la primera casa de estudios; como si fuera poco de a poco a sido reconocida como la segunda hija de la antigua universidad al ser reconocida con el título de Pontificia en la calidad de seguir esa tradición y que este nombramiento papal nunca se le quitó a la universidad de la colonia. Así que si preguntamos que queda de la universidad Real y Pontificia podemos decir que quedan dos universidades una por seguir la línea cronológica, que es la Universidad Central de Venezuela y, otra, que retoma su línea tradicional como lo es la Pontificia Universidad Católica Santa Rosa.